Método "Yo si puedo": un valioso instrumento de enseñanza
Por María Josefina Arce.
Más de 500 sevillanos se sumaron a los tres millones 500 MIL personas que en el mundo han aprendido a leer y escribir con el método cubano de alfabetización “Yo sí puedo”, cuya eficacia ha sido reconocida por organismos internacionales.
Por primera vez la experiencia se pone en práctica en un país europeo. Es el Tercer Mundo quien enseña ahora a una nación desarrollada, donde paradójicamente existen elevados índices de analfabetismo, declaró Francisco Manuel Silva, uno de los promotores de la brigada de solidaridad con Cuba Bartolomé de las Casas.
Solo en Sevilla, capital de la región autónoma española de Andalucía y de unos 704 MIL habitantes, viven más de 40 MIL iletrados,
Merecedor del Premio Príncipe Sedong, el programa cubano tiene sus antecedentes en el trabajo desplegado por pedagogos cubanos en Haití, donde realizaron una campaña de alfabetización por radio.
Es esta una pequeña contribución de la isla a la lucha contra el analfabetismo en el mundo, donde todavía existen 776 millones de adultos incapaces de leer y escribir, además de 75 millones de niños sin escolarizar.
Concebido con un carácter internacionalista y preparado para ser adaptado a diferentes realidades sociales y lenguas, el programa se puso en práctica por primera vez en Venezuela y, en apenas dos años de desarrollo, consiguió en 2005 la declaración de Territorio Libre de Analfabetismo.
Esta misma meta sería alcanzada pocos años después por Bolivia, en el 2008, y por Nicaragua y Ecuador, doce meses más tarde.
Este plan de aprendizaje de la mayor de las Antillas se aplica en la actualidad en unos 30 países del planeta, con distintas versiones que se adaptan a cada lugar y que busca sacar de la ignorancia y mejorar la calidad de vida de todos, como es el caso de España, donde también se extendió a un centro penitenciario.
Aunque declarada en 1961 territorio libre de analfabetismo, Cuba NO está ajena a la realidad del mundo de hoy y al idear este método ha manifestado su compromiso con el objetivo de erradicar ese flagelo y de garantizar a todos los seres humanos uno de los más elementales derechos: el acceso a la educación.
Por eso diseñó esta estrategia educacional destinada a esas naciones que no han tenido un sistema social como el cubano, pues cuando las naciones pobres logren que todos sus habitantes sean alfabetizados, habrán avanzado en un punto importante hacia el pleno desarrollo.
Como afirmara Francisco Manuel Silva, uno de los promotores de la brigada de solidaridad Bartolomé de las Casas, el programa cubano Yo sí puedo es un valioso instrumento de instrucción y un magnífico ofrecimiento de la isla, que exhibe ya sus frutos en varios continentes.
Fuentes: RHC, AIN, GRANMA, TRABAJADORES, JUVENTUD REBELDE, PL, REUTER, EFE, IPS, ANSA, AFP, XINHUA, TASS, DPA, AP.
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