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“Si siguen con su locura, romperemos relaciones”, le dijo al Gobierno colombiano
Chávez exige a Santos “desmarcarse” de Uribe
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Colombia pidió una sesión especial de la OEA, será el próximo jueves.
El presidente Hugo Chávez rompió el silencio ayer sobre las denuncias de Colombia de que alberga a jefes de las Farc en Venezuela. “Si siguen con su locura, romperé relaciones con el Gobierno de Colombia”.
Tras “los ataques”, Chávez anunció anoche que no viajará “a la toma de posesión de Juan Manuel Santos”, prevista para el 7 de agosto, pese a que reconoció que estaba ganado a la idea de viajar. “Uribe es capaz de cualquier cosa y hay cuestiones de seguridad que debemos cuidar”.
Reconoció que, de llegar a la ruptura, será “mucho más difícil retornar por el buen camino con el nuevo Gobierno”.
El Mandatario, quien llamó a Uribe “mafioso”, lo acusó de “sabotear” a Santos, a quien lanzó el reto de “desmarcarse de Uribe. Ésta es la primera prueba”, para Santos, dijo.
Temprano dejó claro ayer que “no va a caer en provocaciones”, tras las denuncias de Colombia.
La reiterada denuncia de Colombia se produce justo cuando el presidente electo, Santos, ha expresado su deseo de normalizar las conflictivas relaciones que reinan entre Bogotá y Caracas.
El pasado jueves, Colombia entregó unas presuntas pruebas (coordenadas, fotografías y videos) a algunos medios colombianos según las cuales, Iván Márquez, Rodrigo Granda, alias “Ricardo”, Timoleón Jiménez, alias “Timochenko” y Germán Briceño, alias “Grannobles”, así como de Carlos Marín, alias “Pablito” y otros integrantes del ELN.
“El presidente Uribe es capaz de cualquier cosa, porque está lleno de odio y fracasó rotundamente en su intento de aislar a Venezuela”, opinó el Mandatario,
El canciller venezolano, Nicolás Maduro, rechazó en conferencia de prensa los señalamientos del gobierno de Uribe, considerándolos como “una olla podrida llena de falsos positivos mediáticos”, y dijo que el Gobierno venezolano irá evaluando en el transcurso de las próximas horas nuevas medidas “políticas” y “diplomáticas” que garanticen que “este rechazo sea sometida a su justo lugar”.
El canciller informó que había entregado una nota de protesta a la embajadora colombiana María Luisa Chiappe, y que el embajador venezolano, Gustavo Márquez, fue llamado a Caracas para evaluar la “arremetida” de Colombia.
El embajador Márquez regresó ayer mismo al país. En la misma línea de su cancillería, agregando detalles de la rueda de prensa en la que Gabriel Silva, ministro de Defensa colombiano, entregó las “pruebas” a los medios. “Hay que destacar la presencia del embajador Brownfield ayer en la rueda de prensa del ministro de Defensa colombiano donde hizo estos pronunciamientos”.
Agregó que se trata “de una acción donde se conciertan, de una parte la política de acción del departamento de Estado de EE UU y, lamentablemente, el Gobierno saliente”.
En Colombia, el Palacio de Nariño pidió convocar “a la mayor brevedad posible” una sesión extraordinaria del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), para tratar la denuncia. Luis Alfonso Hoyos, embajador de Colombia ante el organismo, anunció que el debate será el jueves.
“Han sido varias las ocasiones que el Gobierno ha utilizado esta instancia de la OEA para entregar información sobre este tema, pero es la primera vez que se hace en reunión extraordinaria”, afirmó Hoyos.
En Bogotá, la mayoría de los analistas consideran “inoportuna” la denuncia de Uribe, producto de los esfuerzos de mejorar las relaciones de Santos. “Hasta que abandone el cargo el 7 de agosto, se puede esperar de Uribe seguir atacando a Chávez, mientras Santos trata de bajar el tono de la retórica y busca la conciliación”, dijo el analista Ricardo Ávila.
“Uribe tiene tres semanas más en el cargo y no va a irse tranquilamente”, dijo Daniel Coronell, columnista de la revista Semana. “Él no está contento con perder el poder y va a seguir haciendo ruido mientras que Santos intenta calmar las aguas diplomáticas con Venezuela”, concluyó el analista.
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