jueves, 22 de julio de 2010

La Colombia de Uribe


La Colombia de Uribe y sus recurrentes ataques a Venezuela

A principios de julio ya Uribe amenazaba con lanzar una “puñalada trapera” a algún vecino cuando aseguraba que conocía del paradero de unos terroristas.A pesar del fuerte deterioro en las relaciones bilaterales y de su inminente despedida de la Presidencia, en breve, Uribe no pierde oportunidad de marcharse sin hacer bulla en el concierto internacional. Fue directo a Chávez, como hizo Bush, acusándole de esconder a líderes terroristas. Uribe se va, Chávez se queda.
Ver:
Gobierno venezolano cierra su embajada en Colombia y convoca UNASUR
Rayma Rondón / Prensa AN (22 de julio de 2010) Ante la última arremetida feroz del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez en contra del Gobierno revolucionario de Hugo Chávez Frías, no está demás traer a colación algunas referencias que pudieran “justificar”, de algún modo, la actitud neogranadina que ha prevalecido por algunos años.
No solamente han acusado al Gobierno Bolivariano de proteger jefes guerrilleros, también lo acusan de participar en el tráfico mundial de drogas. De lo que se trata, de acuerdo con los expertos y no tan expertos, es de desprestigiar al máximo a un gobierno que se está independizando de las ataduras del imperio. El mismo Chávez lo dijo: “Colombia pretende desestabilizar a Venezuela, pretende crear un caos en Venezuela, frenar la Revolución venezolana y la Revolución en América Latina".
Pero vayamos a los hechos tomando en cuenta los ataques del vecino país en los últimos años. Para ello evaluaremos una pequeña muestra de los momentos más críticos de las relaciones colombo-venezolanas, del 2005 al 2010.
2005: Caso Granda
Para enero de 2005 la revelación de la captura del líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), “Rodrigo Granda” en Venezuela causó una crisis diplomática sin precedente alguno. Al respecto, surgieron las denuncias de los diputados Iris Varela y Luis Tascón, quienes advertían que el guerrillero habría sido secuestrado en Caracas con la complicidad de funcionarios policiales venezolanos sobornados por el gobierno neogranadino, en violación de la soberanía del país.
Colombia reconoció que se había pagado una recompensa por capturar al miembro de las FARC, pero negó que se hubiera violado la soberanía venezolana. El 13 de enero, Venezuela llamó a consultas a su embajador, mientras que el vicepresidente ejecutivo de Venezuela del momento, José Vicente Rangel, expresó que Colombia, en lugar de realizar secuestro y violación de la soberanía, debería haber solicitado la extradición de Granda.
El incidente llevó al rompimiento de las relaciones comerciales mediante el cierre de la frontera a partir del 14 de enero, además fueron retirados los embajadores de ambos países. La tensión aumentó aún más cuando el gobierno de Estados Unidos apoyó, irrestrictamente, a Colombia en el conflicto, llegando los voceros estadounidenses a acusar abiertamente a Venezuela de apoyar a las FARC.
La crisis se resolvió durante la reunión presidencial bilateral de carácter privado del 15 de febrero de 2005, en la que se realizó un acto conjunto de reconciliación pública. Durante la reunión, ambos presidentes agradecieron la mediación de los gobernantes de Cuba, Brasil y Perú.
El conflicto colombo-venezolano disminuyó, pero aumentó el de Venezuela con Estados Unidos, ya que el gobierno de ese país acusó al gobierno de Hugo Chávez de desestabilizar a los países de Latinoamérica, mientras que Venezuela acusó al gobierno norteamericano de querer profundizar la crisis.
Delantera espacial
En abril, Colombia buscó impedir que Venezuela se “apropiara” del único espacio disponible para los países andinos en la órbita geoestacionaria, luego de que tuviera que acceder a que Caracas financiara un proyecto satelital que le garantizará a la región asegurarse ese lugar.
De acuerdo con el diario “El Tiempo” de Bogotá, la disputa por la supremacía andina se trasladó al espacio cuando los países de la zona se reunieron de urgencia para evitar que el único "lote" disponible en órbita quedara en otras manos frustrándose un sueño de 30 años.
"La única propuesta sobre la mesa en la Comunidad Andina de Naciones (CAN) era la del gobierno del presidente Hugo Chávez, que ofreció desembolsar unos 2,1 millones de dólares para pagar el proyecto".
Según el diario, los otros países miembros no tuvieron más remedio que aceptar la propuesta, pero sin dejar de lado la inquietud ante el avance de la estrategia venezolana para “apropiarse” del lote vacío en el espacio.
Adquisición de armas
En el mismo mes, podemos encontrar las intensas críticas al Gobierno Bolivariano por la compra de armas. Cuestión que fue considerada por Uribe como un aumento del desequilibrio militar entre los países andinos sin existir una justificación clara para que se produzcan estas adquisiciones. "Es un hecho innegable que el reequipamiento militar venezolano profundiza el desbalance militar en la región andina. En estos momentos no existe una clara justificación para la adquisición de ciertos tipos de armas de alcance estratégico en una región que ha liderado la limitación en los gastos militares para la defensa externa", expresó el ministro de Defensa colombiano, Jorge Uribe.
En ese momento, no dejaron pasar la oportunidad para acusar al gobierno de Venezuela de estar rompiendo compromisos internacionales en materia armamentista.
Expulsión de la DEA
En agosto de 2005 el gobierno venezolano ponía fin a la supuesta colaboración de la administración estadounidense en materia de lucha antidroga. Venezuela rompió con la Drug Enforcement Administration (DEA) porque la agencia antidrogas dedicaba más tiempo al espionaje que a combatir el narcotráfico.
Y aunque la DEA tenía oficinas dentro de la propia sede de la Oficina Nacional Antidrogas, de Venezuela (ONA), los funcionarios venezolanos no tenían acceso a esos locales. Y el colmo era que ni siquiera el propio director de la ONA podía echarles un vistazo a esas oficinas.
Ese año la DEA fue expulsada definitivamente de territorio venezolano. Y aunque no se recibió más ni el financiamiento ni la cooperación de Estados Unidos, Venezuela obtuvo resultados sorprendentes en el combate a las drogas.
De acuerdo con las declaraciones del director de la ONA, Nelson Reverol (rueda de prensa el 22 de enero de 2008), para 2004 los servicios venezolanos habían confiscado 43 toneladas de cocaína con la cooperación de la DEA. Mientras que en 2005, después de la expulsión de la DEA, esa cifra se elevó a 77,5 toneladas.
Es preciso destacar que según la Organización de Naciones Unidas (ONU), desde la expulsión de la DEA, Venezuela ha sido –durante tres años consecutivos– el tercer país que contabiliza la mayor cantidad de incautaciones de cocaína a nivel mundial. Un buen número de capos de la droga ha sido arrestado en Venezuela y algunos han sido entregados a las autoridades colombianas. De manera general, el gobierno venezolano ha puesto tras las rejas a cuatro mil traficantes, así como a 68 funcionarios de la Policía acusados de colaborar con el crimen organizado. En 2007 Venezuela cerró 12 laboratorios clandestinos que producían hasta una tonelada de droga diaria.
Podría decirse que a partir de la expulsión de la DEA, un problema de salud pública mundial, como lo es el tráfico de drogas, se convirtió, sin embargo, en un tema recurrente de la guerra político-mediática contra Venezuela.
Expulsión de Nuevas Tribus y más
El presidente Chávez también ordenó la expulsión de las misiones evangelizadoras estadounidenses Nuevas Tribus. Esta organización fue acusada de explotar indiscriminadamente los recursos naturales de Venezuela, con el pretexto de ejercer una labor evangelizadora. Actuaban en las zonas indígenas llevando información estratégica fuera del país, en operaciones en las que supuestamente participaba la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Y así, en 2005, los ataques fueron uno tras otro. Tal fue la guerra que desde Estados Unidos se llegó a decir que “aprovechando la evidente enemistad entre los gobiernos de Washington y Caracas, poderosos narcotraficantes colombianos estarían buscando refugio en Venezuela para tratar de evadir a las autoridades estadounidenses y evitar su posible extradición a ese país”.
Según la denuncia publicada por el diario “Miami Herald”, hay evidencias -que nunca se presentaron- de que narcos han pagado un millón de dólares para obtener documentos de identidad.
2006
Sobre la dinámica de los conflictos entre Venezuela y Colombia no se registraron acontecimientos relevantes durante este año. Sin embargo, vale destacar que como resultado de las declaraciones de los líderes de las FARC sentando posición de apoyo al gobierno del presidente Chávez en el caso hipotético de que se produjera una invasión de los Estados Unidos, el Estado Mayor de Venezuela marcó distancia asegurando que Venezuela "no tiene vinculaciones oficiales" con el grupo guerrillero.
"El Gobierno de Venezuela no tiene vinculaciones oficiales con las FARC. …Una cosa es la simpatía que pueden sentir las FARC por el proceso político que vive Venezuela y otra cosa es tener una vinculación política abierta", dijo el general Alberto Müller Rojas, asesor de Chávez y miembro del Estado Mayor de la Defensa.
2007: Canje Humanitario
Durante este año, parecía que las relaciones se entibiaban. En agosto, el presidente Uribe invitó a Chávez a actuar como mediador -junto con la congresista colombiana Piedad Córdoba- en el canje humanitario de secuestrados por guerrilleros de las FARC encarcelados. Fue así que el mandatario venezolano se reunió con Iván Márquez, integrante del secretariado de las FARC, y Córdoba. Esto y una llamada telefónica de la senadora al comandante del Ejército colombiano, quien también habló con Chávez, disgustó al gobierno neogranadino.
En noviembre, Colombia retiró a Chávez de la mediación y éste criticó duramente a Uribe y anunció el congelamiento de la relación. El gobernante colombiano replicó con dureza a su colega venezolano expresando que "la verdad, presidente Chávez, es que nosotros necesitamos una mediación contra el terrorismo, y no legitimadores del terrorismo. Sus palabras y sus actitudes dan la impresión de que usted no está interesado en la paz de Colombia, sino en que Colombia sea víctima de un gobierno terrorista de las FARC".
2008: Chávez protagonista
En un lugar desconocido de la selva colombiana, las FARC entregan a autoridades venezolanas a los ex congresistas colombianos: Gloria Polanco de Lozada, Orlando Beltrán Cuéllar, Luis Eladio Pérez y Jorge Eduardo Gechem. Esta situación es opacada por la acción militar colombiana en territorio ecuatoriano, en el que murió Raúl Reyes, uno de los siete miembros de la dirección de las FARC.
Chávez decidió el retiro del personal diplomático venezolano en Bogotá, y la expulsión del embajador colombiano en Caracas, pero sin anunciar oficialmente la ruptura de relaciones diplomáticas. Quedó restringido el tránsito de importaciones y exportaciones con Colombia.
En adelante, el gobierno colombiano ha desatado una campaña en la que acusa a Venezuela de estar vinculada con la guerrilla de acuerdo con una serie de documentos encontrados en el computador de Reyes “que muestran una alianza armada entre las FARC y el gobierno de Venezuela", y también se alude un "financiamiento de Venezuela a las FARC por 300 millones de dólares".
Por supuesto, eso no quedó allí y Uribe amenazó con llevar a Chávez a la Corte Penal Internacional de La Haya por financiar y patrocinar a grupos terroristas. Por su parte, Chávez amenazó con nacionalizar empresas colombianas en nuestro país.
Aunque las diferencias diplomáticas entre Colombia y Venezuela quedaron zanjadas en la Cumbre de Río, en mayo, Chávez se ve obligado a descalificar el informe de la Policía Internacional (Interpol), en el que certifica que las computadoras de "Reyes" contienen documentos que supuestamente establecen nexos entre las FARC y los gobiernos de Venezuela y Ecuador.
Ya en julio, Chávez y Uribe se comprometen a impulsar la cooperación, tras dar por zanjada una crisis diplomática que se prolongó por casi ocho meses.
2009
Casi un año después, el presidente venezolano ordena la revisión de la relación colombo-venezolana a raíz del acuerdo que ese país negocia con Washington para permitir a EUA usar bases militares en su territorio. Uribe pide a los países vecinos respetar el principio de la no injerencia en asuntos internos y defiende el convenio de cooperación militar con el país norteño.
Casi de inmediato, el gobierno colombiano denuncia que las FARC adquirieron "lanzacohetes de marca en los mercados internacionales" y por ello presentó una queja "a través de los canales diplomáticos ante los respectivos países", a los que no citó. Seguidamente, el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, asegura que un lote de armas que un país europeo "le vendió a Venezuela, apareció en manos de las FARC".
Chávez ordena el "retiro" de su embajador en Colombia, Gustavo Márquez, así como "congelar las relaciones diplomáticas y comerciales", y advierte que romperá definitivamente las relaciones ante una eventual "próxima declaración verbal" de Uribe que signifique una "nueva agresión" a su país.
En agosto, otro ataque contra Venezuela. Interpol Bogotá acusó al gobierno de Chávez de mantener en territorio nacional a la estudiante mexicana Lucía Morett, una de las sobrevivientes del bombardeo ilegal de Colombia contra Ecuador en marzo de 2008, basándose únicamente en una nota de prensa sin confirmar. El Estado venezolano negó la información indicando que no existe registrado algún movimiento migratorio de la mexicana.
El jefe del Estado aseguró que se trata de una "nueva campaña internacional contra nuestro Gobierno". Indicó que tales acusaciones se producen cuando Venezuela tiene informaciones, “según lo indican las fuentes de inteligencia", de que "hay un terrible estado de complicidad en Colombia con el narcotráfico. Ésta es una verdad".
"Saben quién protege a terroristas: Colombia. Saben en dónde está Carmona Estanga, en Colombia", señaló el ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami, quien hizo referencia al opositor venezolano, prófugo de la justicia, que participó en el golpe de Estado de 2002 contra el presidente Chávez. "Donde hay terroristas asesinos es en Colombia".
El 28 de agosto la Cumbre Extraordinaria de Unasur emite declaración sobre las bases militares de EUA en Colombia. El tema de las bases imperioso para la posición de Venezuela. "Las relaciones con Colombia están en fase de congelamiento, cada día que pase el frío aumenta. Las relaciones políticas, económicas y comerciales siguen bajando de temperatura. Y lo lamentamos mucho", puntualizó Hugo Chávez.
En diciembre, el presidente de Venezuela tuvo que salirle al paso a nuevas acusaciones provenientes de la Casa de Nariño, con las cuales se insiste nuevamente en que el gobierno revolucionario resguarda terroristas.
2010
En febrero, los presidentes Chávez y Uribe protagonizaron un fuerte altercado en la Cumbre del Grupo de Río, en Cancún. El colombiano reclamó lo que considera un embargo comercial de parte de Venezuela y el mandatario venezolano lo acusó de enviar paramilitares a Venezuela para matarlo.
A principios de julio ya Uribe amenazaba con lanzar una “puñalada trapera” a algún vecino cuando aseguraba que conocía del paradero de unos terroristas. No aguantó mucho y a mediados del mes, a pocos días de despedirse de la Presidencia, lanzó su veneno contra Venezuela y su líder: “Tenemos pruebas de la presencia de jefes guerrilleros en Venezuela”, dijo.

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