Los silencios de Oppenheimer
Por equivocación o por provocación llegó al buzón de mi correo electrónico un artículo del fantoche Oppenheimer, en el que alerta sobre la censura indirecta a la libertad de prensa en algunos países latinoamericanos.
No sorprende, tratándose de un periodista servil -que hace dinero difamando a los gobiernos que no simpatizan con el imperio-, hacer explícita referencia a Venezuela y Cuba, tildándolos de dictaduras que, para mantenerse en el poder recurren a la censura indirecta. Aunque su ataque es especialmente hacia esas dos naciones, también previene sobre el proceder de los gobiernos de Argentina, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, los cuales, están recurriendo -dice el periodista- a silenciar a los medios independientes en un esfuerzo por no perder las próximas elecciones; a los presidentes de esas naciones los califica de autoritarios.
Oppenheimer, se presenta como hombre democrático y defensor de los derechos humanos. Pero gracias a su amistad y cercanía al terrorista Carlos Alberto Montaner, ha aprendido de éste, no sólo a difamar a los gobiernos que buscan construir caminos propios sin la tutela de los Estados Unidos, sino también a defender a lo que ellos llaman “oposición interna”; nombre bajo el cual se esconden los grupos abocados a perturbar, con la ayuda de los Estados Unidos el orden en esos gobiernos democráticos y populares.
El calumniador Oppenheimer, no se ha enterado -¡desinformado el pobre!- que, por ejemplo, los Estados Unidos acaban de liberar 15 millones de dólares destinados exclusivamente a programas para subvertir el orden en Cuba a través de eso que él llama “oposición interna”. Ese dinero se utilizará, ya sea para disfrazar a las denominadas damas de blanco o para pagar a publicistas reaccionarios como él.
Al buscar la procedencia del artículo, encontré que este había sido publicado nada menos que en el “democrático” “libre” e “independiente” diario El Nuevo Herald de Miami. La revisión de otras publicaciones del mismo autor en ese periódico, revela que, en todos repite la misma cantaleta maniquea: una férrea posición a favor de la injerencia de los Estados Unidos en América Latina y una total desaprobación a los gobiernos revolucionarios y a los que aspiran a ser independientes de la dominación yanqui.
Llama la atención que publicistas como él insistan en presentarse como periodistas democráticos y libres, cuando en realidad se encuentran cautivos -por dinero o por ignorancia- a esquemas retrógrados sobre la soberanía y el derecho que tienen los pueblos a su propia autodeterminación.
En ninguno de sus artículos en El Nuevo Herald, he encontrado que este hombre libre, democrático y defensor de los derechos humanos, tenga la libertad para decir que, la justicia estadounidense debe extraditar al terrorista Luis Posada Carriles (amigo de su amigo Montaner) a Venezuela, por ser el organizador y autor intelectual de la explosión en pleno vuelo de un avión de la aerolínea Cubana de Aviación que cobró la vida a 73 personas el 6 de Octubre de 1976.
¿Ignora este periodista “independiente” que, al proteger los Estados Unidos al monstruo asesino Luis Posada Carriles, viola las Convenciones Internacionales contra el terrorismo y desprecia la memoria de las víctimas y la justicia, protegiendo con su conducta el terrorismo internacional?
Tampoco he encontrado en los archivos de ese diario, que este defensor de la libertad, escriba un sólo artículo, donde señale la injusticia que desde hace doce años comete los Estados Unidos contra los Cinco Héroes cubanos, condenados a largas cadenas de prisión y a cadenas perpetuas. ¿No se ha enterado este periodista ilustrado que, inclusive el coronel retirado del Ejército de Estados Unidos, Lawrence Wilkerson, ex jefe de Despacho del entonces secretario de Estado Colin Powell, ha considerado como “atroz violación de la justicia en nuestro país” el caso de los Cinco? ¿Por qué no escribe este defensor de los derechos humanos sobre estas violaciones?
Como puede verse, estamos ante uno de los tantos pseudos periodistas independientes, asalariados del imperio, cuya característica sobresaliente es usar la calumnia contra los gobiernos populares en América Latina y hacer silencio sobre las violaciones a la justicia cometidas por el gobierno de los Estados Unidos.
Fuente:
http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/06/23/los-silencios-de-oppenheimer/
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