miércoles, 12 de mayo de 2010

Sociopolítica Primer Parte


Sociopolítica (I parte)

Hugo Rafaél Chávez Frías

Dice el sabio Sun Tzu que al abordar una lucha, una confrontación, es necesario conocerse a sí mismo y a su enemigo. En esta transición hacia el socialismo, siguiendo a V. I. Lenin, nuestro enemigo es el capitalismo en su fase superior: el imperialismo. El capitalismo lo constituye en el mundo actual el sistema de la Otan, cuyo líder es la potencia imperial que es el gobierno de los Estados Unidos. Por ser ese país la masa que nos confronta como expresión del imperialismo debemos estudiarlo a profundidad para poder conocer su gobierno y su pueblo, entenderlo, conocer su estrategia, saber la forma en la que toma decisiones, su lógica y su sicología tanto de la élite gobernante como de la sociedad en general. Acerca de la élite gobernante se publica a diario abundante información y en resumen se le caracteriza como una maquinaria militar industrial que controla la política, los medios de comunicación social y la economía de la nación norteamericana. En otro artículo me referiré a ellos, en este espacio caracterizaré a su pueblo, su sociedad y su línea política hacia lo que ellos consideran su patio trasero, acerca de la cual no es mucho lo que se publica en los medios; para caracterizarlo en el espacio que permite este medio, van estas líneas.

Por razones históricas y antropológicas explicables al analizar su nacimiento y conformación primero como colonia y luego como nación, los Estados Unidos constituyen un país marcadamente conservador, dentro de una matriz liberal. Su carácter genético como sociedad es la violencia, la intolerancia, el racismo y el mesianismo, modelado por una ideología militante de extrema derecha dentro del capitalismo y una marcada vocación hegemónica e imperialista. Esta caracterización se evidencia clara y consuetudinariamente al estudiar su devenir político y sicosocial, comenzando desde los primeros colonos que llegaron en el Mayflower, pasando por sus padres fundadores hasta llegar a nuestros días. Su modelo de sociedad, sus creencias, ritos, cultura, prácticas políticas y económicas y su historia, así lo evidencian inequívocamente. Ese país intolerante y violento, devenido en el mayor imperio que ha conocido la humanidad, desde su creación como nación independiente, ha tenido sus ojos puestos sobre la América Latina, por lo que han sido persistentes en una política de Estado que conlleve a una balcanización de la América nuestra, procurando siempre que se mantengan fragmentadas, en hostilidad y desconfianza permanente entre sí, para de esa forma poder someterlas con mayor facilidad.

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