En un artículo publicado hoy en el diario del Congreso norteamericano The Hill, el representante demócrata por California, Michael Honda asegura que mantener el bloqueo contra Cuba “es imprudente” y “margina a los Estados Unidos de la comunidad latinoamericana y caribeña”.
Honda dice que tras un viaje que realizara recientemente a Cuba con una delegación del Congreso, “se hizo evidente que el bloqueo es imprudente política, económica y socialmente. Nos reunimos con muchas personas -funcionarios del gobierno cubano, organizaciones profesionales, periodistas, agregados culturales, diplomáticos extranjeros y campesinos-, y todos estuvieron de acuerdo en este punto”.
El congresista asegura que “la economía estadounidense podría beneficiarse enormemente de unas mejores relaciones con Cuba, sin embargo, EEUU se dedica a alienar a este aliado potencial”.
Añade que “ahora que América Latina está al lado de Cuba -como lo demuestra la apertura de sedes diplomáticas de El Salvador y Costa Rica, y la integración de Cuba en la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe-, EEUU puede arruinar sus relaciones con países que ven el embargo como una política retrógrada. De hecho, EEUU ya está marginado: la Comunidad Latinoamericana y Caribeña prohibe explícitamente la participación de EEUU.”
El impacto de esta táctica de EEUU hacia la Isla no es insignificante, asegura. “Consideremos la visibilidad del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien rechazó los esfuerzos de la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton para que Brasil se sumara a las sanciones contra Irán, mientras corteja el liderazgo de Cuba. Lula, aprovechando las ansias de desarrollo de Cuba, ha propuesto inversiones en la industria, la agricultura y proyectos de infraestructura, incluidos los puertos y hoteles, y propició un acuerdo con la compañía petrolera de Brasil”, afirma.
“Cuanto más tiempo mantengamos a Cuba como un estado patrocinador del terrorismo, una acusación muy criticada en círculos diplomáticos, más riesgo corren la credibilidad de nuestro sistema de seguridad nacional y nuestra reputación en la región“, augura.
Además de la agricultura, hay “un potencial para la asociación en otras áreas. Un estudio de Geological Survey en EEUU calcula que Cuba posee 9 mil millones de barriles de petróleo sin explotar, junto con 9 millones de metros cúbicos de gas natural. El gobierno cubano cita un número mayor de su reserva petrolera, unos 20 mil millones de barriles. De cualquier manera, no hay dinero de por medio y los cubanos podrían darle la bienvenida a los países que puedan ayudarlos a aprovechar y comercializar el crudo. Mientras los EE.UU. están ausentes de estas negociaciones, países como Brasil, Rusia, Venezuela y China podrían estar avanzando. Es evidente que estamos perdiendo oportunidades de inversión”, asegura.
Honda asegura que “socialmente, los cubanos suelen propiciar las convergencias culturales con otros países. Su amor por la música, el arte, la danza, la historia y la arquitectura es omnipresente, y reciben 2,5 millones de turistas al año, de los cuales 800.000 son de origen canadiense. Si EEUU levantara la prohibición de viajar, 2 millones de estadounidenses podrían visitar la Isla de inmediato, un potencial que puede llegar hasta 4 millones. Esto no sorprendería a nadie. La Habana conserva la más grande, la más antigua y mejor conservada arquitectura colonial española del Caribe. El encanto de la ciudad es fascinante”.
Propone “ampliar la cooperación en educación, medicina, ciencia y deporte, a partir de los intercambios entre los pueblos. El presidente Barack Obama tiene la autoridad para restituir las normas que facilitaban los viajes al sector académico, científico, religioso y otros, de modo que el intercambio pueda florecer de nuevo. Así es como se podrían reconstruir las relaciones”, añade.
Critica duramente el financiamiento de EEUU para la subversión en Cuba: “La inversión anual de 60 millones de dólares que destina EEUU a la construcción de la democracia, que es distribuido secretamente para propiciar explícitamente un cambio de régimen, le clava un aguijón al gobierno cubano, pone en peligro la seguridad de los que pueden desear reformas dentro de la Isla y margina a la Sección de Intereses de EEUU en La Habana. La inclinación de EE.UU. a posicionar comunicados relacionados con Cuba en ton de reprimendas por los derechos humanos, resuena como un desafuero incompatible”, concluye.
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