Archaeo News
Un equipo internacional de investigadores, entre ellos un profesor de antropología física en la Universidad Washington en St. Louis, ha descubierto fósiles humanos en el sur de China, que notoriamente cambia la percepción de los antropólogos de la aparición de los humanos modernos en el este del Viejo Mundo.
Trinkaus
La investigación, basada en el Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín, fue publicada 25 de octubre en la edición en línea temprana de losprocedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.
El descubrimiento de los primeros fósiles de humanos modernos se queda en el Zhirendong (Zhiren Cueva) en el sur de China, que son al menos 100.000 años, proporciona la evidencia más temprana de la aparición de los humanos modernos en Asia Oriental, por lo menos 60.000 años más que los humanos modernos anteriormente conocido en la región.
"Estos fósiles están ayudando a redefinir nuestra percepción de la aparición del hombre moderno en el este de Eurasia, y en todo el Viejo Mundo en general más", dice Eric Trinkaus, PhD, María Tileston Hemenway Profesor en Artes y las Ciencias y profesor de antropología física.
Los fósiles Zhirendong tienen una mezcla de características modernas y arcaicas, que contrasta con anteriores los humanos modernos en el este de África y sudoeste de Asia, lo que indica un cierto grado de continuidad de la población humana en Asia, con la aparición de los humanos modernos.
Los humanos Zhirendong indican que la propagación de la biología humana moderna a largo precedido de las innovaciones culturales y tecnológicas del Paleolítico Superior y que los primeros humanos modernos co-existe desde hace muchas decenas de miles de seres humanos con fines de arcaicas más al norte y al oeste a través de Eurasia.
Several views of a human jawbone and molars found in a Chinese cave.
Diagram Institute of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology, Chinese Academy of Sciences
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El descubrimiento de los primeros fósiles de humanos modernos en Zhirendong (la cueva Zhiren), al sur de China
Un ser humano mandíbula fósil descubierto en el sur de China está alterando las nociones convencionales de cuando nuestros antepasados emigraron deÁfrica.
La mandíbula, encontrada por los paleontólogos en la Cueva Zhiren China en 2007, luce una moderna función claramente: una barbilla prominente. Sin embargo, el hueso es innegable 60 mil años más antiguo que el más antiguo junto Homo sapiens sigue siendo en China, dicen los científicos.
De hecho, en alrededor de cien mil años, el fósil de China es "el más antiguo humanos modernos fuera de África", dijo el coautor del estudio, Erik Trinkaus.
Con la esperanza de pruebas de ADN
Hasta ahora, la evidencia genética en gran medida compatible con el calendario tradicional de los "fuera de África" la teoría. Pero el recién descrito mandíbula China presenta un fuerte desafío, dijo el antropólogo Cristóbal Baede la Universidad de Hawai, que no se asoció con el hallazgo.
"De hecho, tienen fechas de sólidos y las pruebas de, básicamente, un ser humano moderno", dijo.
Sin embargo, la mandíbula y molares tres fueron los únicos restos humanos recuperados de la cueva de China, y la mandíbula es "dentro del rango" de la barbilla de Neandertal, así como los de los humanos modernos, agregó paleoantropólogo John Hawks , de la Universidad de Wisconsin, Madison.
Ahora bien: ¿es la imagen artística la única forma de reflejar la vida en el arte? ¿No puede éste operar también con conceptos lógicos e incluso, en cierto modo, sustituir las imágenes por conceptos? En pro de semejante criterio suelen aducirse, sobre todo, tres argumentos: 1) nuestro época se caracteriza por la síntesis del arte y de la ciencia; la ciencia se vale de imágenes, y el arte de conceptos; 2) argüir contra la utilización directa de los conceptos en el arte implica privar al artista de la posibilidad de pensar; 3) por último, se puede citar gran número de obras en las que nos encontramos directamente con conceptos y no sólo con imágenes. Sin embargo, tales argumentos no nos parecen consistentes. En primer lugar, la síntesis de la ciencia y del arte no conduce ni mucho menos a que ni una ni el otro pierda su peculiaridad. La aproximación de la ciencia y el arte se produce en virtud de su contenido cognoscitivo, nunca por disolución de una forma de pensamiento en la otra. Verdad es que el científico recurre con frecuencia a las imágenes para ilustrar sus pensamientos y exponerlos en forma más accesible o emocional, pero ello no presupone la suplantación de los conceptos por imágenes, suplantación que evidenciaría la debilidad del científico, su insuficiente capacidad para el pensamiento abstracto. Por otra parte, en algunas artes, como, por ejemplo, en la literatura, las imágenes pueden distanciares por su precisión conceptual o incluir conceptos como elementos o detalles de que tales imágenes se componen. Más no por ello los conceptos poseen, dentro del arte, una existencia autónoma. No pueden suplantar las imágenes, y si tiene lugar tal suplantación, siempre será una prueba del poco talento del artista o de su fracaso. En segundo lugar, lo específico del arte no radica, ni mucho menos, en estar privado de pensamiento. En el arte, lo más interesante y trascendental es el pensamiento creador del artista. Este piensa siempre, pero el suyo es un pensamiento peculiar, no conceptual, sino de naturaleza icástica. Naturalmente, el artista piensa también por medio de conceptos, pero el fruto del proceso de su creación siempre será la imagen. Por último, en tercer lugar, las obras en que la icastidad cede su puesto a los medios conceptuales del reflejo de la vida son mediocres, artísticamente débiles. "Si el artista se ve obligado a formular la idea de su obra en fórmulas abstractas , escribía el eminente psicólogo soviético S.L. Rubinstéin (1889-1960), de suerte que el contenido ideológico de la obra artística se manifieste a la vez que sus imágenes, sin obtener dentro de ellas una expresión adecuada y suficientemente brillante, la obra pierde su índole artística." La mezcla de las imágenes y de los conceptos conduce frecuentemente a lai lustratividad y a la retórica, a la debilitación de la resonancia ideológico emocional de la obra. El arte reproduce siempre la realidad en imágenes y sólo en imágenes.
Llevaba razón Belinski: "A quien no éste dotado de fantasía creadora capaz de convertir las ideas en imágenes, de pensar, de razonar y de sentir en imágenes, no le ayudarán hacerse poeta ni la inteligencia, ni el sentimiento, ni la fuerza de sus convicciones y creencias, ni la riqueza de un contenido razonablemente histórico y contemporáneo".
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