martes, 24 de agosto de 2010

NUESTROS JUECES, PARTE I


“Soy un cuerpo extraño en el sistema judicial”, afirmaba el entonces Fiscal
General de la República, Isaías Rodríguez.

La inmoralidad judicial del país. La situación con una parte del
sistema de jueces venezolanos está llegando a su límite. Veamos en esta
primera entrega lo último que han hecho estos ciudadanos provistos de poder
cuando a la hora de hacerle jugarretas a la justicia que dicen defender se
trata.

Recientemente vi con asombro como El Encuentro Nacional de
Organizaciones Sociales Bolivarianas y el Frente Social contra la
Corrupción, solicitaba a la Asamblea Nacional una profunda averiguación en
contra del Magistrado y Presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, Eladio Aponte Aponte.

Esto en la voz de la ex ministra del Ambiente, Ana Elisa Osorio.
Denuncia que este “Señor Magistrado” se le ha ocurrido otorgarle Libertad
Condicional para Antonio Briceño y Hugo Rojas, ex alcalde y ex gerente
general de la Alcaldía de Ciudad Guayana.

Ambos enjuiciados y privados de libertad desde el 28 de julio de este
año, imputados nada más y nada menos que por delitos de corrupción, quienes
se encontraban a la orden del Tribunal 3° de Control.

Este Señor investido con el cargo de Magistrado de esta República
Bolivariana, tomó la decisión a solo diez (10) días de la solicitud de
avocación del TSJ y sin realizar audiencia alguna a la parte acusadora.

La ex ministra expresa como curioso que este fallo se haya producido
“muy hábilmente” al final de la jornada de trabajo y último día de labores
del TSJ.
Desde aquí le digo a Ana Elisa Osorio; no hay nada de que sorprenderse,
así andan actuando algunos de los jueces de la república, sacan a
delincuentes los viernes después de las cuatro de la tarde, este es el
accionar de esta reconocida banda de hampones.

Este actuar engendrado en la cuarta república aun actúa abiertamente.
Son verdaderos aprovechadores del proceso bolivariano, se creen inmunes y se
abrazan agazapadamente ante el recién constituido cuerpo de leyes
bolivarianas.

El Magistrado Eladio Aponte Aponte apenas es el iceberg de alguno de
los jueces del TSJ, Quinta Columnas, enquistados en este importante y único
máximo tribunal del país.

Esta vergonzosa y vulgar decisión judicial llevada adelante por Eladio
Aponte Aponte, debe estar impregnada de mucho dinero de por medio.

Que pusilánimes son estas decisiones que quieren hundir y acabar un
sistema de justicia que se proyecta como moderno, único y posiblemente
revolucionario. Desaprovechar las leyes que se promulgan a partir de la
novedosa Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Pero estos Magistrados no se conforman con sus inmensos y exagerados
sueldos, quieren más.

No lo dudo magistrado Eladio Aponte Aponte, nosotros la mayoría, los de
siempre, los que nunca nos vamos, sin duda, somos un cuerpo extraño.

Respuesta.
Por Teodoro Guerrero


Causa estupor y a la vez congoja, por estas decisiones de
representantes de la ¨justicia¨, que colados deben de haber llegado a
tan altos cargos o tal vez, entran por las endijas de las fallas de
las leyes aprobadas o quizás aun con la buena pro de quienes tienen la
responsabilidad de nombrar a magustrados, jueces, fiscales y demás
funcionarios, quienes deben velar por la sana justicia. Pero no,
siempre están los infiltrados o quintas columnas, para poner de moda
estos términos arrancados de allá de la fascista España.
No es posible admitir semejantes madrugonazos de magistrados, jueces
o fiscales, algo está pasando y creemos que algo debe pasar, pues no
es justo que actuen a discreción y bajo sus conductas, que a juzgar
por sus denuncias, son inmorales y de espaldas a la ética y
contrarevolucionarias, anarquistas y conspiradoras. Lo que no logramos
entender es que hagan lo que hagan y nada les acontece, esto demuestra
inmunidad absoluta, a lo imperial, recordemos que el Imperio actua en
paises invadidos o títeres, y pone como condiciones la inmunidad de
sus mercenarios. Deprimen tales circunstancias, pero las luchas deben
continuar hasta que haya algun remedio

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